Consiste en el acarreo de las uvas a la bodega, se debe realizar con extrema precaución. En lo posible a la mañana y con un máximo de 5 a 10 toneladas para no afectar la materia prima.
Por requerimientos legales se debe proceder a pesar la materia prima. Además permite al enólogo prever la cantidad de productos enológicos a incorporar y el volumen de vino aproximado que se obtendrá.
Consiste básicamente en la eliminación de uvas en mal estado.
Consiste en separar las bayas del raquis, no hacerlo correctamente puede interferir en la vinificación, otorgándole posteriormente compuestos que puedan dar en un gusto amargo al producto terminado.
Consiste en romper los granos de uvas por presión para extraer así el jugo. Según el tipo de prensa que se utiliza puede variar la exposición de aire influyendo de esta manera en aromas y color del mosto.
La maceración, es la presencia de partes sólidas en el jugo de la uva, que permite la extracción de compuestos fenólicos que cederá el color típico del vino tinto. La fermentación alcohólica, es la transformación del azúcar al alcohol.
Consiste en la transformación natural del ácido málico al ácido láctico para darle un sabor más equilibrado.